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sábado, 14 de julio de 2012

Tarata, No olvidar

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Tarata, No olvidar

sábado, 14 de julio de 2012 - 41331 vistas

El 16 de julio se cumplen 20 años del cruel asesinato de 25 compatriotas por la decisión del Partido Comunista – Sendero Luminoso, partido marxista-leninista-maoísta, que en su demencial guerra contra el Estado y la sociedad peruana, entre enero y julio del año 1992, desató una criminal ofensiva contra los ciudadanos de Lima con el fin de “romper el equilibrio estratégico” y avanzar en la conquista “conquistar el poder” e imponer una “república de nueva democracia”.

Las dos explosiones que escuchamos en Miraflores a las 9.20 del a noche, quitaron la vida a 25 peruanos e hirieron a 155, amputándoles piernas, brazos, dejándolos lisiados para siempre.  Cinco de ellos simplemente fueron pulverizados  --desaparecieron-- por la acción de los dos coches bomba que contenían, cada uno, media tonelada de dinamita mezclada con anfo. Tres mujeres y dos hombres no pudieron ser identificadas, dado el grado de destrucción causado por las bombas. Todo el entorno de la calle Tarata en el corazón de Miraflores quedó en escombros: edificios, departamentos, automóviles, negocios, hoteles, entre otros. Pero, además, las ventanas de los departamentos y casas a cientos de metros a la redonda  se desplomaron pese a que la mayoría de vecinos las había asegurado con cintas adhesivas para que no se convirtieran en mortales proyectiles.

El Partido Comunista-Sendero Luminoso hoy MOVADEF, en los primeros siete meses del año 1992, había hecho explotar 37 coches bomba que habían producido la muerte de 50 personas solamente en Lima.  La hoguera de la muerte se había iniciado antes de 1980, en los años 60 y 70, en el lenguaje, en las actitudes, en el verbo que fue ganando a los jóvenes los que, fanatizados, siguieron a Abimael Guzmán al que tildaron de “presidente Gonzalo”.  

En Villa María del Triunfo, uno de los distritos más pobres al sur de Lima, Sendero Luminoso  había colocado, el mismo día que atacaba el corazón de Miraflores, tres coches bomba estallaban en los barrios de San Gabriel, José Carlos Mariátegui y Nueva Esperanza. La destrucción arruinaba Lima y a todo el país. No había distingo entre “ricos” y pobres. Se atacaba a todos sin piedad.

En Villa El Salvador, el distrito de los emprendedores que construyeron una ciudad en el desierto, también del sur de Lima, asesinaron a María Elena Moyano a la que luego de ametrallarla, la arrojaron a la calle y debajo de su cuerpo colocaron una carga de dinamita con el fin de desaparecerla.

Algo que llama la atención del terrorismo es el odio, el odio cultivado, acrecentado, exaltado al que convirtieron en el sentido de su acción y el de las vidas de sus dirigentes, militantes y simpatizantes. Se puede hablar de graves problemas psicológicos, resultado de la crisis de la familia, de problemas de identidad, de conflictos étnicos, raciales, culturales. La realidad es que los dirigentes del terrorista Sendero Luminoso-MOVADEF utilizan problemas reales a su favor. Lejos de sanar heridas, ellos utilizan conflictos y traumas para atizar la violencia, manipularla y dirigirla contra la sociedad y el Estado.

El odio con el actuaba y actúa el Partido Comunista Sendero Luminoso – MOVADEF, no tiene precedentes en la república del Perú. Ese odio es el que se expresó en la actitud de un joven activista del MOVADEF en los últimos días en el Centro Cultural de la Universidad Católica, cuando al final de la presentación del libro del profesor Gonzalo Portocarrero que justamente se titula “Profetas del odio” --que los terroristas del MOVADEF interrumpieron con agresividad y violencia verbal-- le soltó la frase a modo de despedida: “con odio de clase”, para explicar la agresividad y la violencia del grupo que irrumpió en la presentación. “Con odio de clase” significa que los terroristas del MOVADEF han dividido a los peruanos en dos grupos: ellos que son dueños de la verdad que representan al “proletariado” y, los otros, los demás peruanos a los que “odian” con “odio de clase” porque son parte de la “burguesía”. Para los terroristas, los emprendedores, los trabajadores, los pequeños campesinos, los pequeños empresarios y los empresarios en general, son los “burgueses  y pequeño burgueses” a los que odian con “odio de clase”, porque los consideran egoístas, individualistas, burgueses, capitalistas.

El camino creado por Abimael Guzmán para "tomar el poder" en el Perú, es el de la “violencia revolucionaria” como mandan los manuales del marxismo-leninismo-maoísmo. La "guerra popular" contra el Estado y la sociedad peruana, expresa una absoluta intolerancia por el que simplemente piensa diferente, porque ellos son los dueños de la verdad revelada por Abimael Guzmán y por Marx, Lenin y Mao.

La violencia de la “guerra popular”  es el camino a seguir, es la forma de hacer política,  es la moral,  la forma de actuar en la vida en la que el fin justifica los medios.  La violencia y la muerte convertida en el único amino a seguir por los “verdaderos revolucionarios”. Los que no siguen ese camino son para ellos reformistas, revisionistas, colaboracionistas, claudicantes, cobardes y enemigos de la revolución y el  partido con los cuales arreglarán cuentas más adelante.

La alevosía del asesinato de María Elena Moyano por el Partido Comunista –Sendero Luminoso - MOVADEF, fue uno de los puntos culminantes de un camino de crímenes infames que ya se habían cometido en el Perú desde el año 1980 y que se siguen cometiendo hoy en el país, esta vez en contra de guardias,  soldados, suboficiales y oficiales de la Policía Nacional y el Ejército Peruano, tanto en las zonas que controlan en el VRAEM como en enfrentamientos sumamente violentos en conflictos sociales en el país.

El método del Partido Comunista-Sendero Luminoso-MOVADEF es crear organizaciones de fachada e infiltrar los grupos juveniles tanto de los partidos de izquierda como de las organizaciones estudiantiles, de barrios y de los pueblos. 

En las últimas semanas se ha podido ver a estudiantes, trabajadores, campesinos, profesores que respondían a un mismo libreto en el que se busca radicalizar los reclamos, impedir  soluciones con el fin de “agudizar las contradicciones” y que se produzcan acciones violentas  que causan destrucción y muerte de vidas humanas, a fin de echarle la culpa a las fuerzas policiales y, de esa forma, atacar  al Gobierno de  “criminalizar las protestas”, ser “represivo” y “entreguista” a las “transnacionales”, defender la contaminación ambiental, etc. El discurso de Sendero Luminoso – MOVADEF es anticapitalista, antiminero y, curiosamente, defensor radical del agua y del medio ambiente, cuando ellos, en alianza con el narcotráfico, contaminan tierras y ríos en la amazonía peruana.

El método de Sendero Luminoso-MOVADEF se ha podido ver en todo el país en la huelga de profesores que han dirigido y protagonizado en Puno, Cusco, Arequipa, Ayacucho, Apurímac y otros departamentos del Perú, en los que han infiltrando y utilizado al SUTEP para generar disturbios, ataques a instituciones públicas y privadas, cerrándose  a cualquier posibilidad de diálogo  ante las autoridades. Igualmente  se ha podido ver su actuación en los llamados Frentes de Defensa de los Intereses del Pueblo, en los que se infiltran para radicalizar los conflictos. En Espinar el dirigente del Frente de Defensa, Herbert Huamán, cuando había disposición del gobierno para el diálogo y las autoridades municipales dudaban, radicalizó el discurso y se negó a hacerlo, empujando a las autoridades y a los ciudadanos de Espinar a acciones violentas, utilizando la mentira como método para enardecer  y canalizar la violencia contra la policía, la empresa minera y locales públicos y privados.

En el Perú hay recrudecimiento  y exaltación de la violencia.  Se usa un lenguaje violento de frases cortas, consignas agresivas en las que se descalifica a las instituciones, a las organizaciones democráticas y a todos los que no están de acuerdo con sus ideas. La propaganda, “el arte”, las “canciones”, los grafitis son violentos y buscan el descrédito de sus opositores.

Los dirigentes de Sendero Luminoso se mueven en varios escenarios. En el VRAEM – Valles del Río Apurímac, Ene y el Mantaro-, en las universidades públicas; en los blogs y en la manipulación, por ejemplo, del sindicato de profesores del SUTEP. Pero, sobre todo, en las movilizaciones de los pueblos a las que infiltran a fin de generar violencia, radicalizar los conflictos, porque para ellos ese es el único camino de una verdadera revolución: la violencia como remedio a todos los males; la violencia como fin, como estrategia, como táctica, como forma de vida.

Los peruanos tenemos memoria. No olvidar Tarata, es no olvidar que la mente del terrorista utiliza todos los métodos para alcanzar sus fines. Estamos advertidos. Sendero Luminoso a través de MOVADEF está de regreso.

 

Escrito por: Oswaldo Carpio para SanJuandeLurigancho.com

 

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