En nuestros días la preocupación por el cuidado del medio ambiente se encuentra latente, por ello, cualquier amenaza a nuestras áreas verdes es un motivo para unir esfuerzos y salir en la defensa de estos espacios. En San Juan de Lurigancho, el bosque de Caja de Agua es un importante purificador del contaminado aire que respiramos, más aún cuando los indicadores revelan que la zona baja de nuestro distrito es la que mayor volumen de polvo en suspensión posee.
El bosque de Caja de Agua además de estar conformado por una importante variedad de árboles, es una unidad de producción de almácigos que abastece de nuevas áreas verdes a varios puntos de Lima. Esta área se encuentra situada en la urbanización que lleva el mismo nombre a la altura de la cuadra 3 de la Av. Próceres de la Independencia (Fig. 1).
Originalmente la extensión del bosque fue mucho mayor, existiendo en su interior humedales y manantiales que se fueron secando cuando en el distrito se inició el proceso de crecimiento urbano, cubriendo de cemento los campos de cultivo y antiguos canales de riego.
El bosque fue creado en la década de 1950 y formó parte de un importante Programa de Reforestación de la Cuenca del Río Rímac, es así que durante el gobierno del presidente Manuel A. Odría se consideraron propicias las condiciones de la zona de Caja de Agua para instalar un importante vivero.
A pesar de lo que muchos creen, a nuestro bosque no le compete una administración municipal. Inicialmente estuvo a cargo del ministerio de Hacienda y en la actualidad el nuevo Ministerio de Vivienda tiene en la Oficina de Medio Ambiente al órgano responsable de su cuidado.
Para un distrito como el nuestro, con una población que bordea el millón de habitantes es de urgencia la creación de áreas verdes, ya que las pocas que tenemos no se encuentran en buen estado y están conformadas por pastos y muy pocos árboles. Para la ciudad de Lima se estima 8 m² de área verde por habitante, en tanto que el Organismo Mundial para la Salud recomienda entre 12 a 15 m²/hab. Al sacar cálculos si comparamos nuestro 1.5 m²/hab real estamos frente a un enorme déficit. Para nuestro distrito cumplir con esta cifra representaría forestar un área equivalente a una franja de 1 km. de ancho que se inicie desde el ingreso del distrito -siguiendo toda la Av. Próceres- hasta su cruce con la Av. San Martín.
El bosque de Caja de Agua, con sus 28, 639.77 m², como hace referencia un documento (Ayuda Memoria) escrito por la administración de nuestro bosque, es un ecosistema que se incorpora dentro de un entorno urbano. Ecológicamente es importante debido a que se ha constituido en un refugio de especies animales, sobre todo aves migratorias que encuentran en sus árboles una perfecta morada. Nuestro bosque es un elemento indispensable en la salud por ser un eficiente purificador de aire. Cada hectárea, aporta entre 2 a 6 toneladas de oxigeno al día y retiene un equivalente a 2.5 toneladas de CO2. Éste último es uno de los principales agentes que contribuyen en el problema del calentamiento global.
Hasta hace unas décadas, el bosque fue un lugar de encuentro y esparcimiento para la floreciente vecindad de la zona (Fig. 3). Sus emanantes aguas servían para el baño y amenos domingos de lavar ropa. Era el habitad perfecto para una gran variedad de peces, batracios y aves. De esos tiempos sólo queda el recuerdo y un reducido bosque. Conservar el bosque merece de todo nuestro esfuerzo e incluso demandar que nuestras autoridades lo reconozcan como un área intangible y patrimonio distrital. Sus instalaciones pueden servir para generar circuitos de visitas que eduquen a nuestra población en temas ambientales.
Gracias al interés de un grupo de vecinos, se ha iniciado una campaña para lograr estos propósitos. Esperamos que usted, estimado lector también sienta el compromiso de unirse a esta causa que tiene como beneficio la salud de todos y una pequeña contribución para mejorar la vida en nuestro maltratado planeta.
Datos adicionales*: Durante la quincena de agosto se dio la firma del llamado “Pacto por una Lima y Callao Verde”, iniciativa que recibió el respaldo multisectorial y se constituyó en un compromiso al unísono para reverdecer la ciudad de Lima y la provincia constitucional del Callao. El pacto es iniciativa de los profesionales del Grupo de Emprendimientos Ambientales (GEA). Para la directora de GEA, Ana Zucchetti, el objetivo es claro: hay que ganarle la batalla a la selva de cemento con todas las armas que tengamos a la mano y tratar de revertir los 20 años de atraso en materia ambiental. Si usted desea conocer y firmar el pacto lo puede hacer visitando la Web de la "Consulta ambiental Urbana": www.limaycallao.com * Diario El Comercio, 15 febrero 2008